ALIMENTACIÓN VARIADA Y EQUILIBRADA
Fundamental para estar sano y llevar una vida saludable, esta idea cobra aún más importancia cuando hablamos de Celíacos y Sensibles al Gluten.
Pero tenemos algo importantísimo de nuestra parte: todos los alimentos naturales como son las verduras, huevos, lácteos, las frutas, las carnes, las legumbres, los pescados y los mariscos son libres de gluten por naturaleza y siempre que no hayan sido procesados, son aptos para celiacos.
Estos alimentos y muchos otros, forman el grupo de los alimentos genéricos.
A la hora de hacer la compra tenemos que saber que los alimentos genéricos nunca llevarán gluten a no ser que la etiqueta indique lo contrario.
Es decir, si por
un proceso, unos filetes de ternera envasados pudieran llevar gluten, debería
indicarlo específicamente en el envase. Si no pone nada, es apto. Esta regla
sólo es así cuando hablamos de productos genéricos.
El resto de los productos procesados que requieren de revisión de etiquetado y no forman parte de la lista de genéricos, sólo podrán ser consumidos cuando en la etiqueta se exprese de forma explícita que son libres de gluten con leyendas como: «sin gluten», «apto para celiacos», «gluten free».
Si encontramos la expresión «bajo en gluten», no son aptos.
En el caso de que no indique
que son aptos, pero tampoco lo contrario, no servirá con la lectura de los
ingredientes, porque el actual reglamento permite no etiquetar trazas y si un
producto contiene trazas de gluten no es apto para celiacos.
En otro grupo están
los alimentos prohibidos que son todos aquellos elaborados con cereales con
gluten como el trigo, la cebada, el centeno y sus derivados.
Siempre que queramos consumir alimentos elaborados con cereales sin gluten, debemos asegurarnos que además de sin gluten sean sin trazas.
Por ejemplo, si
queremos comprar harina de arroz, ésta deberá estar etiquetada como «sin
gluten», porque ha podido haber contaminación a la hora de procesarla,
envasarla, transportarla, etc.
¿Cómo hacer dieta sin gluten?
Aunque la base de la dieta sean los productos que de forma natural no contienen gluten, no podemos olvidarnos de todos esos productos que encontramos en el mercado hoy en día, adaptados a la dieta sin gluten de celiacos y sensibles al gluten, porque nos ofrecen también alimentos como los cereales, imprescindibles en una dieta variada.
Hablamos de pastas, bollerías, panes, masas… que son trabajados específicamente para cubrir nuestras necesidades. Sin embargo, éstos llevan una pequeña cantidad de gluten, la permitida por la ley, que en la gran mayoría de casos es de 20 partículas por millón de gluten (ppm).
A pesar de ser productos aptos y completamente seguros, según todos los estudios realizados hasta
el momento, los especialistas recomiendan siempre no abusar de
ellos y recuerdan que la dieta sin gluten debe estar basada en alimentos que de
manera natural no contienen gluten, más que en productos elaborados
específicamente para celiacos, aunque estos son totalmente seguros.
«La dieta del celiaco tiene que ser equilibrada, no hay que abusar de productos elaborados específicamente sin gluten, y es más recomendable tomarlos en el desayuno».
Es decir, si desayunamos tostadas, comemos pasta y cenamos pizza, aunque esos alimentos contienen cantidades mínimas, en total puede haberse ingerido una cantidad que nos perjudique, si esto lo hacemos a diario.
Así que, sin prescindir de ellos, introducirlos en la dieta de una
manera responsable.
Es importante tener en cuenta también que algunas marcas, para enmascarar de alguna manera la falta de gluten, se exceden con los azúcares y las grasas en sus productos específicos «sin gluten», así que conviene leer bien el etiquetado para comprobar qué es lo que compramos.
En el otro lado de la balanza tenemos los
productos realizados de manera artesana «sin gluten», con harinas e
ingredientes de calidad que nos ayudarán a sumar nutrientes y a llevar
una dieta sin gluten más sana y
equilibrada.
Y por supuesto recurrir a alimentos y productos sin gluten no sirve de nada si no se realiza un buen trabajo en la cocina para evitar la contaminación cruzada. Ésta se produce cuando un producto con gluten entra en contacto con un producto sin gluten, y éste último ya no será apto para un celiaco ni para un sensible al gluten.
La dieta de un celiaco tiene que ser como la de cualquier persona sin celiaquía. «Hay que comer de todo, pero sin excederse, claro.
Es fundamental que celiacos y no celiacos consumamos carbohidratos, son indispensables en una dieta sana y variada y sin embargo comemos pocos carbohidratos y demasiadas proteínas».
Debemos recurrir a productos naturales, que en su origen no contienen gluten, como son y
como ya hemos dicho anteriormente, pescados, carnes, mariscos, frutas,
verduras, legumbres, lácteos, huevos… Es la base, de la dieta mediterránea y
«nosotros tenemos la suerte de poder recurrir a ella para mejorar nuestra
alimentación».
Hierro y ácido fólico en la
dieta sin gluten
Los celiacos tenemos problemas de absorción de ciertos nutrientes y es fácil presentar déficit de ácido fólico y sobre todo de hierro, antes del diagnóstico, aunque los expertos también señalan que niños y adolescentes celíacos presentan también niveles bajos de vitamina D.
El ácido fólico es
la vitamina B9, un elemento muy importante para la salud de nuestro corazón,
nuestro sistema nervioso y para la formación del feto, de ahí que sea tan
importante durante el embarazo. Algunos alimentos sin gluten que
nos aportan ácido fólico son la Palta, los espárragos, las legumbres y las verduras de hoja verde en general.
Con el hierro ocurre lo mismo, es fundamental y
sin embargo muchas veces lo tenemos bajo antes del diagnóstico debido a los
problemas de malabsorción que causa la celiaquía, e incluso muchos celiacos
después de meses de dieta sin gluten aún presentan niveles bajos y anemia ferropénica, el síntoma extradigestivo más
habitual en celiacos. En este caso encontraremos ayuda en los mejillones, almejas, berberechos, lentejas, orégano, laurel, tomillo, etc.
Los expertos señalan que en una dieta sin gluten algunos alimentos no
deben faltar: además de los
naturales ya mencionados algunos otros son los siguientes:
Arroz
integral: Contiene más
fibra (muy importante ya que hay muchos celiacos con problemas de
estreñimiento) que el arroz normal y es más natural. Además, tiene una gran
cantidad de vitaminas como la vitamina A, B1, B3, y B12, proteínas, minerales
como el hierro, el sodio o el potasio e hidratos de carbono de absorción lenta.
Quínoa: La quínoa es una semilla que se prepara y se consume como si fuese un cereal y es tremendamente nutritiva. Contiene proteína, fibra, manganeso, fósforo, folato, cobre, hierro, zinc, potasio, vitaminas B1, B2 y B6, calcio, vitamina B3 y vitamina E. ¿Necesitas alguna razón más?
Trigo
sarraceno: Se suele usar
para preparar crepes y galletas bretonas. Delicioso y muy nutritivo.
Maíz: Es nuestro gran aliado, es
junto al trigo uno de los cereales más abundantes, por eso muchos de nuestros
productos se hacen con su harina. Es además perfecto para practicar deporte
porque aporta mucha energía. Además, tiene betacaroteno, fibra, hidratos de
carbono y altas cantidades de vitamina B1 y B3. Además, contribuye a reducir el
colesterol.
Mijo: Es un cereal alcalinizante y
remineralizante. Contiene una gran cantidad de fósforo, magnesio, vitaminas y
fibra.
En cuanto a comer
fuera de casa, siempre es necesario extremar las precauciones y preguntar, si pueden evitar la
contaminación cruzada.
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